Existe un lugar singular en la provincia de Málaga, donde, a pesar de su aislamiento y del abandono en el que se halla, el silencio que reina en él nos transporta a un pasado repleto de vida y esplendor. Este valioso enclave arqueológico corresponde a la antigua ciudad romana de Acinipo, popularmente conocida como Ronda la Vieja.
- B.I.C.
- Zona Arqueológica
- Monumento Histórico Artístico
Existe un lugar singular en la provincia de Málaga, donde, a pesar de su aislamiento y del abandono en el que se halla, el silencio que reina en él nos transporta a un pasado repleto de vida y esplendor. Este valioso enclave arqueológico corresponde a la antigua ciudad romana de Acinipo, popularmente conocida como Ronda la Vieja.
Ubicada sobre una extensa meseta de piedra caliza, a casi mil metros sobre el nivel del mar, en este lugar aún se percibe cómo la historia palpita bajo el suelo que pisamos. Desde este lugar privilegiado en la Serranía de Ronda, se pueden disfrutar unas vistas impresionantes que abarcan las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
Un legado de miles de años
El Cerro de la Mesa ha funcionado como un enclave fundamental que, gracias a su ubicación estratégica, a su considerable potencial minero e incluso a la protección natural que ofrece, ha sido ocupado por el ser humano desde tiempos muy remotos. Asimismo, las tierras circundantes son fértiles y repletas de oportunidades. Por estas razones, los escasos estudios arqueológicos realizados en este yacimiento han establecido que este promontorio calizo ha estado habitado desde la prehistoria, concretamente desde la Edad del Cobre, es decir, desde el 3000 a.C.
Fenicios, íberos y romanos decidieron establecerse en este sitio para aprovechar las ventajas de esta fortaleza rocosa para fundar sus oppida y ciudades.
Tras la fase protohistórica, se produce el abandono del Cerro de la Mesa, de manera que no volverá a ser ocupado de nuevo hasta la época ibérica, a lo largo del siglo V a.C. De esta etapa también se han hallado algunos testimonios, como restos residenciales que presentaban zócalos de mampostería. El oppidum ibérico superaba las 10 hectáreas de extensión.

Actualmente, los vestigios que aún se conservan en pie o han sido parcialmente excavados corresponden a la época romana. Esta civilización, experta en la selección precisa de los emplazamientos para sus asentamientos, a pesar de las dificultades y del terreno escarpado, optó por establecerse en esta meseta y erigir una ciudad histórica que encapsula todas las características distintivas de la cultura y la vida romanas.
Acinipo alcanzó su época de máximo esplendor entre los siglos I y II d.C., durante el período altoimperial romano, momento en el que se erigieron los elementos principales de la ciudad y se inició la acuñación de su propia moneda. Su diseño obedecía a un patrón ortogonal, con amplias terrazas delimitadas por robustos muros de contención que nivelaban el terreno. Para construir muchas edificaciones, se extrajo piedra directamente de la misma meseta. Este proyecto demostraba la notable capacidad técnica de sus fundadores.
Las murallas que conformaban la ciudad se adaptaron perfectamente al contorno de la mesa, evidenciándose la presencia de torres de diversa índole que integraban el conjunto fortificado. De ellas se han conservado algunos fragmentos que permiten apreciar su composición. Teóricamente, la ciudad poseería dos entradas: una situada al norte y otra al sur.
Todo este esfuerzo constructivo respondía a un interés estratégico definido, pero también formaba parte de la propaganda asociada al poder del Estado Romano, en el que la arquitectura funcionaba como uno de los principales medios para manifestar la autoridad y la grandeza del imperio. Sin embargo, pese a haber alcanzado el estatus de municipium, a finales del siglo II y durante la primera mitad del siglo III d.C., la ciudad entró en un período de decadencia y abandono, en el que muchos de sus majestuosos edificios fueron saqueados y sus piedras reutilizadas en construcciones mucho más modestas.
La crisis del siglo III, con sus múltiples desafíos políticos, militares, económicos y sociales, que afectó de manera significativa al Imperio Romano, influyó claramente en esta decadencia, al igual que en otras ciudades. Durante ese período, los estudios llevados a cabo, observaron la reintroducción de talleres artesanales en la ciudad, aprovechando edificios abandonados y transformando radicalmente el uso de muchos de ellos. Finalmente, en el siglo VI d.C., la ciudad romana desapareció por completo.
La última fase detectada se remonta a finales de la Edad Media, cuando en época nazarí se construye una torre de vigilancia sobre parte del teatro romano, al convertirse este territorio en frontera con el reino de Castilla.
Lugares de interés en el Cerro de la Mesa
Las escasas intervenciones arqueológicas efectuadas en Acinipo, junto con la limitada puesta en valor de diversas estructuras, han provocado que las ruinas en este cerro rocoso sean pocas, siendo las más destacadas y con un innegable valor histórico y cultural, el teatro, las termas, la domus y las cabañas protohistóricas.
El abandono, la destrucción y la explotación de sus materiales, sumados a la extensa historia agrícola de la meseta, han provocado la pérdida de la mayoría de las construcciones que existían en la superficie. Esto ha dado lugar a un paisaje singular, dominado por majanos –montones de piedras dispersas por todo el yacimiento– en los que resulta sencillo descubrir frisos, pedestales y alguna inscripción, sin que ello resulte sorprendente.
No obstante, la magnitud de lo que yace bajo la planicie es completamente desconocida, por lo que esta tierra aún resguarda secretos que aportan una pizca de misterio a este fascinante rincón de la provincia de Málaga.

¿Uno de los teatros mejor conservados?
Construido en la zona más elevada del yacimiento, desde donde se pueden obtener las mejores panorámicas, se erige como la joya indiscutible de este enclave arqueológico. La cavea fue tallada directamente en la piedra caliza, permitiendo que sentarse en su graderío original, sin alteraciones ni reposiciones, resulte en una experiencia única. Además, el material pétreo extraído durante el esculpido del graderío se empleó en la construcción del impresionante frente escénico, que se ha mantenido prácticamente inalterable hasta nuestros días, algo poco común en estructuras similares y de tanta antigüedad.
Sin duda, y al menos en mi opinión, este teatro es uno de los mejor conservados, pues las mínimas intervenciones a lo largo del tiempo le confieren un encanto único y una conexión directa con el pasado que pocos lugares pueden ofrecer. En la zona de la orquesta aún es posible admirar restos del pavimento de mármol rosado que la componía.
Los otros elementos de interés
Al adentrarnos en el corazón de la meseta, descubrimos una domus parcialmente excavada, cuya disposición se desarrollaba en torno a un patio central o atrio y que se cree contaba con dos plantas. En su interior se halló un lararium, un pequeño y modesto altar dedicado a los dioses guardianes del hogar, actualmente protegido contra daños al patrimonio y fuera del alcance de la vista, a la espera de una futura restauración.

Las termas se ubican en la zona oriental. Destaca una palestra rectangular flanqueada por columnas, junto a tres cisternas dispuestas como un castellum aquae. Cuando dejaron de tener uso, fueron transformadas en un taller de vidrio alrededor del siglo IV d.C.
El edificio termal, construido en el siglo I d.C., del que se ha podido detectar parte del sistema de calefacción del tepidarium, tenía una gran extensión y podría estar próximo al foro de la ciudad de Acinipo, además de estar asociado a una fuente de agua de la que, al parecer, se abastecía. De este complejo se han documentado restos de las pinturas que cubrían sus muros.
En cuanto a las cabañas protohistóricas que se conservan en la parte más baja del yacimiento, junto a la entrada, destacan por su planta circular y por disponer de un porche empedrado en el acceso, así como de un pequeño hogar en su interior, empleado para calentar la estancia y cocinar alimentos. La datación de estas viviendas las sitúa en el Bronce Final.
Acinipo, una ciudad romana que no pueden perderse
Acinipo, esa ciudad romana perdida y cargada de historia y encanto, conocida como Ronda la Vieja desde el siglo XVI, emergió como un importante asentamiento. Sin embargo, no fue hasta 1967 cuando se iniciaron las primeras excavaciones arqueológicas, centradas principalmente en el teatro, declarado Monumento Nacional.
Antes de estos reconocimientos, el sitio sufrió un intenso saqueo que dañó gravemente su patrimonio arqueológico. Aunque en 2011 la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural, lamentablemente, aún permanece en cierto abandono. No obstante, a pesar de ello, es un lugar sorprendente, envuelto en un silencio especial, donde a menudo se observan labores de pastoreo y donde las ovejas pacen ajenas a la ciudad que descansa bajo ellas.
En días despejados, las vistas resultan increíbles, creando un ambiente ideal para el descanso, la tranquilidad y la meditación.
Si deciden visitar esta ciudad romana, les recomiendo hacerlo entre los meses de septiembre y mayo, ya que el verano resulta muy caluroso y existen pocos refugios contra el intenso calor en la zona. Además, no olviden incluir en su ruta la cercana localidad de Setenil de las Bodegas para disfrutar de lo singular de su emplazamiento.
Para conocer el horario del yacimiento arqueológico de Acinipo, consulten la página oficial de Facebook. Para orientarse geográficamente, pueden hacerlo desde aquí.
¡Acinipo, nunca defrauda! Os animo a dar a conocer este mágico enclave compartiendo este artículo.
Galería fotográfica
Referencias
- Fundación Ronda-Unicaja (2019): "Acinipo. Documento de planificación para la protección, investigación, conservación y puesta en valor de la Zona Arqueológica de la ciudad romana de Acinipo".
- Decreto 22/2011, de 8 de febrero, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de zona arqueológica, la Ciudad Romana de Acinipo, en el término municipal de Ronda (Málaga).
- Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico. Rutas del Teatro en Andalucía: "Acinipo-Ronda La Vieja".