La antigua Colonia Iulia Augusta Emérita, muestra con orgullo el legado heredado de la vieja capital de la Lusitania. Recorrer algunas de las calles de la ciudad de Mérida, es hacerlo por un museo multicultural al aire libre. Una ciudad que ha sabido conservar su riqueza arqueológica, mostrarla al mundo y ser todo un ejemplo en la gestión patrimonial.
- B.I.C.
- Conjunto Arqueológico de Mérida
- Monumento Histórico Artístico
- Patrimonio de la Humanidad
La antigua Colonia Iulia Augusta Emérita, muestra con orgullo el legado heredado de la vieja capital de la Lusitania. Recorrer algunas de las calles de la ciudad de Mérida, es hacerlo por un museo multicultural al aire libre. Una ciudad que ha sabido conservar su riqueza arqueológica, mostrarla al mundo y ser todo un ejemplo en la gestión patrimonial.
Entre los sólidos muros de la Alcazaba se esconden auténticos tesoros. Les invito a recorrer esta fortaleza emblemática y a descubrir uno de sus secretos mejor guardados: una construcción que, por su estructura y los materiales con los que fue erigida, sorprende a quien se adentra en ella. Acompáñenme a conocer el aljibe monumental de la Alcazaba de Mérida.
La construcción de la Alcazaba y la amortización de materiales
La imponente Alcazaba de Mérida, considerada por muchos como la más antigua de la península ibérica, se alza como guardiana junto al histórico puente romano. Construida en el año 835 por Abderramán II, su propósito era mantener la paz y el control en una ciudad marcada por constantes revueltas contra el dominio cordobés. Tuvo un papel crucial en el control de acceso a la ciudad y sobre las mercancías, además de ser símbolo indiscutible del poder emiral, que aseguraba la obediencia de la población.
Esta fortaleza, que ha desafiado al paso del tiempo, recuerda en su diseño a fortificaciones bizantinas, por su planta cuadrada casi perfecta, con torres en cada vértice y puertas enfrentadas.
La Alcazaba de Mérida se levantó no solo como una fortaleza convencional, sino como un ribat: un campamento-mezquita que aseguraba la presencia de un contingente fiel al emirato, capaz de responder a las insurrecciones en esta región fronteriza. Un hogar para guerreros que también actuaría como centro de devoción y retiro espiritual para los soldados y defensores de la fe.

Los terrenos sobre los que se alza poseen una riqueza incalculable. Un lugar donde las diversas excavaciones han ido desenterrando tesoros arqueológicos fascinantes a lo largo de los años. Entre las ruinas, se revelaron fragmentos de la muralla romana original, secciones de las antiguas calzadas urbanas de la antigua ciudad romana y los cimientos de una puerta monumental flanqueada por dos torres.
Este conjunto de época emiral es uno de los mejores ejemplos de spolia en la ciudad de Mérida. Su construcción se realizó con materiales reciclados procedentes de otras épocas, haciendo de este bastión un crisol de culturas.
La fortaleza emplea gran variedad de elementos romanos y visigodos como sillares de granito, estelas funerarias, pilastras y capiteles, que fueron incorporados en los muros, accesos y el aljibe. El uso de spolia ahorraba claramente recursos y mano de obra.

Tras perder la función defensiva y caer en desuso, la Alcazaba de Mérida se convirtió en una fuente casi inagotable de materiales para la construcción de nuevas infraestructuras en la ciudad. De manera caprichosa, se convirtió en víctima de aquello que la hizo crecer: el expolio, recordando la fragilidad a la que se expone el patrimonio histórico frente al paso del tiempo.
Un aljibe para abastecer a un gran ejército
El aljibe, erigido en la misma época que la Alcazaba, es una construcción única en la Península. Esta obra emblemática con capacidad para unos sesenta metros cúbicos, es una gran cisterna que aseguraba el suministro de agua para un gran ejército, garantizando que la guarnición pudiera resistir asedios prolongados. El uso del agua que almacenaba estaba prohibido para la población civil.
Al adentrarse en su interior, nos fascina su enorme singularidad. Aunque su fachada exterior puede pasar desapercibida, al cruzar los accesos decorados con pilastras de época visigoda, nos sumergimos en un mundo de piedra impregnado de historia. En cada rincón de este aljibe podemos respirar el pasado, y es imposible no dejarse envolver por la atmósfera única que lo caracteriza.
La estructura es verdaderamente impresionante. Al entrar por uno de sus dos accesos alineados, nos introducimos en un vestíbulo abovedado desde el que se despliega una doble galería con escalones bajos y amplios —una de entrada y otra de salida— de grandes bloques de granito tallados. Estos pasillos nos conducen hasta una cisterna, también abovedada, que se encuentra adosada al dique romano, desde donde se filtraba el agua procedente del río Guadiana, la principal fuente de este preciado recurso.

El aljibe fue diseñado específicamente para facilitar el acceso a los animales de carga. La ligera pendiente de los corredores y los escalones bajos indican que estaba preparado para que acémilas transportaran grandes cantidades de agua en odres o cántaros, asegurando así un suministro constante y eficiente para las tropas. Este sistema generaba un flujo continuo de entrada y salida, optimizando el abastecimiento sin interrupciones.
Gracias a las condiciones de oscuridad y frescura, aún perceptibles en este espacio, y a la filtración natural, el agua alcanzaba una calidad ideal para el consumo. Este aljibe es una excepcional obra de ingeniería de su época, que nos revela cómo nuestros antepasados solucionaban de forma ingeniosa los retos del abastecimiento en un entorno tan particular.
Carga simbólica de los materiales con los que se construye el aljibe
La construcción del aljibe en la Alcazaba de Mérida destaca por la reutilización de materiales antiguos, particularmente de enormes sillares romanos. Estos elementos, que fueron cuidadosamente colocados, dan al aljibe una apariencia de gran antigüedad, lo que llevó a sugerir en un principio que pudiera haber sido una obra previa al periodo emiral. Esta percepción se veía reforzada con el hecho de que la bóveda de la cisterna sostiene en parte la estructura de la fortaleza en este punto.
La monumentalidad del aljibe se expresa no solo en su tamaño, sino en la mezcla de sillares de granito y piezas de mármol de origen romano y visigodo que se distribuyen en puntos estratégicos de sus muros. Estas piezas, muchas de ellas provenientes de edificios religiosos y cívicos, dotan al aljibe de una cualidad atemporal. La inclusión de elementos de carácter cristiano, como las pilastras visigodas de los accesos, añade profundidad al mensaje de dominación del nuevo orden impuesto sobre la ciudad.
La elección de los materiales, especialmente aquellos de origen visigodo y con detalles cristianos, parece responder a una intención simbólica que fortalece la supremacía del emirato en la región. De esta forma, el aljibe no solo sirve como depósito de agua, sino también como un símbolo de poder que evidencia la transición política y cultural que Mérida experimentó bajo el nuevo dominio.

Un pequeño oratorio sobre las bóvedas del aljibe
El uso del aljibe no se limitaba únicamente al abastecimiento de agua. Aprovechando la centralidad en el recinto fortificado, se erigió sobre él una torre de señales cuyo interior albergaba también un pequeño oratorio o mezquita, que tras la conquista cristiana se transformaría en una modesta iglesia medieval, alrededor de la cual se estableció una pequeña necrópolis. A pesar de los pocos vestigios conservados que evidencien este doble uso, aún hoy, en un lateral del aljibe, están presentes las escaleras que daban acceso a la primera planta de esta doble estructura.
La torre del aljibe actuaba no solo como vigía, sino como un puesto de señales desde el cual se podían enviar avisos a otras fortificaciones en caso de rebelión, asegurando que los refuerzos llegaran a Mérida con rapidez. Por otro lado, la mezquita jugaba un papel espiritual y religioso crucial para los militares que pudo albergar en su interior. La construcción se realiza en el mismo tiempo que la fortificación.
Visitar el aljibe y la Alcazaba es un imprescincible en Mérida
En Mérida, cada piedra susurra una historia, y el aljibe de la Alcazaba es testigo silente de los giros del tiempo. Desde sus orígenes hasta su última transformación, este monumento encarna la rica diversidad cultural de la ciudad. Sus muros son portadores de un legado increíble. Esta impresionante estructura, nos conecta directamente con el pasado.
Recorrer sus pasillos, alzar la mirada hacia sus bóvedas o contemplar la luz que se filtra a través de los pequeños ventanucos, les envolverá en un ambiente místico en el que reflexionar sobre el paso de las diversas civilizaciones y a la vez, sobre la importancia de la conservación de este patrimonio arqueológico. Les invito a sumergirse en este lugar único.
Para conocerlo les recomiendo la compra de las entradas para el Conjunto Monumental de Mérida al completo, a través del Consorcio de Mérida, puesto que económicamente es mucho más rentable. A continuación les dejo el horario y precios. Si desean ubicar este monumento, no olviden consultarlo en el mapa.

¡Viajen al pasado de la mano de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad! Y no olviden: si les ha gustado este breve paseo, compartan y así contribuiremos en su visibilidad.
HORARIO DE ALCAZABA DE MÉRIDA
Del 1 de abril al 30 septiembre
9:00h a 21:00h (todos los días)
Del 1 de octubre al 30 de marzo
9:00h a 18:30h (todos los días)
PRECIOS DE ALCAZABA DE MÉRIDA
Precio Conjunto Monumental de Mérida al completo
Sin guía: 17,50 euros
Con guía: 22,50 euros (guía para Teatro y Anfiteatro)
Precio Visita a la Alcazaba
6,20 euros
**Para más información, visitar la página del Consorcio de Mérida.
Galería fotográfica
Referencias
- Feijoo Martínez, S. (2001): "El aljibe de la Alcazaba de Mérida".
- Feijoo Martínez, S. y Alba Calzado, M. (2005): "El sentido de la Alcazaba emiral de Mérida: su aljibe, mezquita y torre de señales".
- Franco Moreno, B., Márquez Pérez, J. y Mateos Cruz, P. (2020): "La Alcazaba de Mérida. La reutilización de materiales romanos y de época visigoda".
- Valdés, F. (1995): "El aljibe de la Alcazaba de Mérida y la política omeya en el Occidente de al-Andalus".
- https://turismomerida.org/