En muchas ocasiones, ocultos bajo el suelo o tras capas de cal y cemento, se encuentran tesoros que han permanecido en secreto durante generaciones. En el corazón histórico de Martos, la arqueología ha vuelto a abrir una ventana al pasado, revelando un tesoro de piedra cuya ubicación había sido un misterio... o al menos eso se creía.
- B.I.C.
- Conjunto Histórico
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En muchas ocasiones, ocultos bajo el suelo o tras capas de cal y cemento, se encuentran tesoros que han permanecido en secreto durante generaciones. En el corazón histórico de Martos, la arqueología ha vuelto a abrir una ventana al pasado, revelando un tesoro de piedra cuya ubicación había sido un misterio... o al menos eso se creía.
La protagonista de este emocionante descubrimiento es la Torre Almedina de Martos, una centinela histórica que durante siglos protegió la fortaleza baja. Durante las labores de restauración más recientes, salieron a la luz numerosos objetos y piezas que han permitido profundizar en la historia de esta emblemática estructura. Entre los hallazgos destaca una pieza de origen romano, que se encontraba reutilizada como dintel en una de las puertas interiores de la torre. Este descubrimiento nos transporta a la época de esplendor de la Colonia Augusta Gemella Tucci.
Los spolia de la Torre Almedina y el legado de Tucci
Esta estructura defensiva, que se alza majestuosa en el conjunto amurallado de la Fortaleza Baja de Martos, ha sido testigo, a lo largo de los siglos, del uso de spolia: materiales constructivos o decorativos provenientes de edificaciones más antiguas que eran reutilizados en construcciones posteriores. En este caso, se identificaron diversos elementos de origen romano integrados tanto en el cuerpo de la torre como en los paños de muralla cercanos. Esta práctica, habitual en la antigüedad, no solo buscaba optimizar recursos y reducir costos, sino que también dejó un testimonio tangible de la continuidad histórica de la ciudad.
Además de su incalculable valor arqueológico, estos materiales representan un vínculo directo con el pasado. Cada fragmento es como una pieza de un rompecabezas que nos permite reconstruir la historia de la Colonia Augusta Gemella Tucci, una ciudad que alcanzó su esplendor durante el período romano.
Los trabajos arqueológicos y de restauración realizados en la Torre Almedina de Martos han sacado a la luz una gran cantidad de material romano de incalculable valor. Entre los hallazgos destacan un ara votiva o funeraria, en la que se representa una jarra de libaciones en uno de sus lados; un fragmento que conserva el nombre de Cornelio; varios fustes de mármol y otras inscripciones que, hasta ahora, se creían perdidas.

En este contexto, el Corpus Epigráfico Tuccitano adquiere una importancia excepcional. Este conjunto, el más extenso del Conventus Astigitanus, incluye más de 190 inscripciones que ofrecen una ventana a la vida cotidiana, la organización social y la prosperidad de la antigua Tucci. Con los hallazgos recientes, este valioso corpus se enriquece aún más.
La combinación de estos descubrimientos convierte a la Torre Almedina en un testigo único del tiempo y en una fuente fundamental para entender el rico legado cultural de Martos y su entorno.
Una inscripción ya documentada en el siglo XVI
Con el fin del carácter militar de la ciudad de Martos, el crecimiento de la población y las nuevas necesidades urbanas, las murallas se transformaron en la base para la construcción de numerosas viviendas a lo largo de los siglos. Las torres, por su parte, fueron derribadas, utilizadas como viviendas o integradas en las nuevas edificaciones. Este fue el caso de la Torre Almedina, que durante generaciones se utilizó como vivienda habitual.
Las reformas realizadas para adaptarla a este uso terminaron por ocultar numerosos tesoros que, siglos atrás, habían sido documentados y que, con el tiempo, se creyeron perdidos.
Durante los siglos XVI y XVII, numerosos eruditos destacaron la abundancia de antigüedades que Martos sacaba a la luz de forma constante. Entre ellos, uno de los más renombrados fue Diego de Villalta, cuya obra Historia y Antigüedades de la Peña de Martos ha trascendido como un referente en la materia.

En el manuscrito de Villalta se hace referecia a esta piedra con una lectura incompleta. Años más tarde Luis Valdivieso de Burgos, un presbítero lucentino apasionado por las antigüedades y profundamente informado sobre los descubrimientos que se estaban produciendo en la ciudad de la Peña, en una carta dirigida a un amigo en Madrid, describe varias piedras halladas en Martos a principios del siglo XVII, mencionando entre ellas la que hoy nos ocupa y su interpretación.
Años más tarde, Martín de Ximena Jurado hace referencia a esta misma pieza en su obra Antigüedades del Reino de Jaén. En ella, ilustra la piedra en dos fragmentos y ubica uno de ellos "encima de la puerta de la torre del castillo de la parte de las bóvedas adentro", una localización que coincide con la actual.
Diego de Villalta dice: "En una esquina de la torre mayor del castillo bajo de esta villa de Martos estaba una hermosa piedra de mármol blanco como de alabastro, con muy lindas letras esculpidas y con muchas molduras, y aunque está algo quebrada todavía se pueden leer; pasóse después esta piedra al edificio del cabildo y cárcel, donde está puesta".
El secreto de la piedra al descubierto
En mi constante afán por investigar, profundizar en la historia y responder preguntas, comencé a consultar los manuscritos que aludían a esta pieza, confirmando su existencia documentada desde siglos atrás. La información que contiene resulta de gran interés y relevancia, ya que desvela aspectos de la antigua colonia romana que, de no ser por estas inscripciones, no sabríamos de su existencia.
Se trata de una inscripción honoraria romana, datada en el siglo II d.C., que narra cómo Marco Valerio Marcelo, hijo de Marco y miembro de la tribu Quirina, desempeñó importantes roles en el municipio de Aurgi (Jaén). Pero su legado no se limita a esta ciudad. Marco Valerio donó un horologium o reloj de sol a la colonia de Tucci. En honor a este gesto, se organizaron juegos circenses y escénicos abiertos a toda la ciudadanía, un evento que reforzaba tanto su generosidad como su posición social.
Marco Valerio, quien ostentó los cargos de edil y duunviro aurgitano, parece haber tenido vínculos familiares o intereses económicos en la Colonia Augusta Gemella Tucci, lo que explicaría su generosa aportación. Este hecho sugiere que las élites locales mantenían estrechas relaciones con otras ciudades y municipios romanos, fortaleciendo lazos culturales y económicos.
Por la tipología, dimensiones, material y características de esta inscripción, se puede deducir que estuvo colocada en un lugar público y prominente de la colonia, probablemente junto al reloj monumental donado por este influyente miembro de la élite romana.

Mientras no se demuestre lo contrario, la parte conservada y reutilizada como dintel representa solo un fragmento del total de la inscripción. Aunque Villalta relata su traslado al edificio del cabildo, este no fue su destino final, ya que Ximena Jurado, muchos años después, la documenta fragmentada en dos partes, una de las cuales localiza con precisión.
El edificio del cabildo y cárcel de la villa de Martos se transformó en un escaparate donde se exhibía la rica historia de la ciudad, albergando numerosas piezas halladas durante diferentes excavaciones. Este esfuerzo culminó en la creación del Lapidarium, un espacio que hoy puede admirarse en uno de los laterales del consistorio, como testimonio de la antigüedad y el patrimonio de Martos.
Este hecho sugiere que, debido a la fragilidad del material, la inscripción pudo haber sido fragmentada y reutilizada en las diversas rehabilitaciones realizadas bajo el mandato de la Orden de Calatrava en la Fortaleza Baja de Martos.
En una época en la que la sensibilidad hacia la preservación histórica era limitada, es posible que la inscripción fuera destruida parcialmente para adaptarse a las nuevas necesidades constructivas. No sería descabellado suponer que el fragmento perdido aún permanezca oculto en algún rincón de la muralla, bajo el suelo de la ciudad o incluso integrado en alguno de los edificios cercanos.
Una llamada a la acción: mayor inversión e investigación
Este tesoro oculto en los muros de la torre medieval nos brinda una oportunidad única para conocer más sobre el pasado romano de Martos. Nos recuerda la urgente necesidad de que la arqueología se convierta en un medio vital para ahondar en el conocimiento y no en un impedimento para el desarrollo urbano. Es una prueba más del rico legado histórico y arqueológico de esta ciudad andaluza, que lamentablemente ha sufrido décadas de abandono y negligencias.
Aunque la rehabilitación de la Torre Almedina representa un avance significativo en la preservación del patrimonio, no podemos pasar por alto otros bienes que permanecen en el olvido. Durante demasiado tiempo, la conservación ha sido descuidada, dando prioridad a intereses particulares por encima de una historia que pertenece a todos.
La excesiva lentitud en la ejecución de proyectos de puesta en valor, muchas veces inmersos en procesos interminables, recuerdan las célebres "obras del Escorial". Estas demoras suelen ser consecuencia de una gestión cuestionable y de la dependencia casi absoluta de fondos económicos externos, una situación que obstaculiza el desarrollo de un plan eficiente y sostenible para proteger nuestro legado cultural.
La conservación del patrimonio no debe ser una tarea puntual, sino una prioridad constante. Es el testimonio de nuestro pasado, un reflejo de nuestra identidad cultural. Por eso, preservarlo es crucial para las generaciones venideras.
¿Creen que algún día se encontrará el reloj de sol monumental donado por Marco Valerio Marcelo? De momento, ¡sigan compartiendo la historia! Si les ha resultado interesante no olviden compartir para expandir el conocimiento.
Galería fotográfica
Referencias
- Martín de Ximena Jurado (1639): "Antiguedades del Reino de Jaén".
- Fernández Franco, J. (1561):"Recopilación de las Memorias Antiguas Romanas que se hallan en la Villa de Martos".
- De Villalta, D. (1579): "Historia de la antiguedad y fundación de la Peña de Martos".
- Melchor Gil, E. (2011): "Élites supralocales en la Bética: entre civitas y la provincia".
- Serrano Peña, J. L. (2019): "Proyecto de intervención arqueológica preventiva en la Torre Almedina de Martos".
- Cabezón, A. (1964): "Epigrafía Tuccitana".
- García Serrano, R. (1973): "Documentos para la historia de la arqueología española II: textos referentes a Martos (Jaén)".